El vicepresidente Julio Cobos se enteró ayer que se está organizando por vía de mensajes en Internet una marcha en su apoyo aquí, en Mendoza. Lo hizo al leer este diario y ver que en los post algunos foristas ponían la convocatoria. De inmediato, preguntó si la movida corría por cuenta de sus seguidores y ordenó desactivarlo, según cuentan algunas de las personas que lo rodean. “No es momento de enfrentamientos”, dicen que dijo el mismo día en que se conocía la noticia que el próximo 29 el kirchnerismo se movilizaría al Congreso para pedirle que dimita a su cargo.
En la misma jornada, jugó al ping pong con el Impuesto al Cheque que había remitido a Diputados para su ratificación, pero que fue devuelta por el titular de aquella cámara, el ex gobernador jujeño Eduardo Fellner. Tras unas consultas con sus asesores desde el mediodía, Cobos –en un hecho inédito- decidió cerca de las 16 devolverle el paquete a Fellner. A las 17 el tema ya estaba en todos los informativos, alimentando un caldo que cada vez se pone más espeso.
Mientras tanto, la catarata de amenazas a su continuidad en el cargo encontró en la titular de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini un punto máximo de hostilidad, al anunciar que pedirán el juicio político del Vicepresidente “por violación a los deberes de funcionario público” e “inhabilitación para ejercer cargo o función pública en el futuro”.
Cobos recibió a un grupo de diputados nacionales que le responden para analizar la situación. De inmediato, se sumaron a la decodificación de los mensajes políticos de la semana y duplicaron la apuesta: “la seguridad de Cobos corre peligro”, interpretaron e hicieron responsable al Gobierno nacional de su situación.
Se sumaron así a lo ya señalado por el titular del máximo organismo de la UCR, su Convención Nacional, Hipólito Solari Yrigoyen, quien había advertido sobre la posibilidad de un “atentado” contra el mendocino.
“Hemos hablado con Sanz como presidente del partido y con Solari Yrigoyen y creo que ahora la situación se pone difícil. Hay que rodear a Cobos”, le dijo a este diario un legislador nacional que participó del encuentro, pero que espera “instrucciones” para salir formalmente a la superficie con el tema.
Quienes lo acompañan en su tarea diaria en Buenos Aires sostienen que el Vicepresidente “está tranquilo” y aseguran que situaciones como éstas son “las que fortalecen sus posturas”. Algunos hasta se meten con el horóscopo: “Es porfiado como todo taurino” y recuerdan que el próximo 30 de abril es su cumpleaños, al que recibirá tras una jornada que se, supone, será furiosamente “anticlética” y “proK”.
Sin embargo, coinciden en que una llamada que recibió en la mañana desestabilizó al presidente del Senado: “Es su mujer”, dijeron. Preocupada por todo lo que se dice en los medios en torno a su seguridad, Cristina Cerrutti sumó la cuota de sensibilidad que la política muchas veces repele. “La familia es lo único que ´lo puede al Cleto´”, dijo uno de sus asesores a MDZ.
¿No será que esto lo transforma en la figura más visible de la oposición, por lo que termina capitalizando la furia kirchnerista?, es la pregunta obligada. Y la respuesta fue más que sincera. “Mirá, es verdad que lo que no mata, fortalece, como dice el Julio. Pero la verdad… es que ahora lo que está en juego es su integridad, más que su futuro político”, confió una de sus personas más cercanas.
La segunda vez que es elegido por Kirchner
En el entorno del Vicepresidente aseguran que “Kirchner se equivoca” al elegir a Cobos como su “nuevo peor enemigo”. Con cifras en la mano muestran que el kirchnerismo se desgrana de manera proporcional al incremento de su furia “anticlética” y a un afán de hegemonismo que comparan, sin atenuantes, al del venezolano Hugo Chávez, luego de que Amado Boudou expulsara del limbo oficialista a los seguidores de Pino Solanas. “Esta vez fueron muchos más los diputados que le votaron en contra a Kirchner; y cada vez serán más”, dan cuenta.
Ayer temprano, Cobos habló con Miguel Pichetto. Pero el rionegrino que mejor ejerce el concepto de la lealtad no concurre nunca en soledad al despacho del más odiado en el mundo K: el santacruceño Nicolás Fernández es su edecán, su “comisario político” en este tipo de reuniones. Sospechan que Pichetto –como ya lo hizo tras su “desmenemización”- podría caer en un nuevo transe de desintoxicación, anteuna probable derrota interna del kircherismo hacia adentro del complejo mundo peronista.
Es que, afirman los cobistas, “hasta Pichetto tiene voluntad de hablar”. La versión da cuenta que los funcionarios de segunda línea del Gobierno nacional se sienten forzados a dar pelea: “Quieren hablar, quieren dialogar pero hay una sola persona que se los impide: Kirchner”, indican sin dudarlo en el entorno del Vicepresidente.
Kirchner nuevamente eligió a Cobos. Como aquella vez en que lo puso como candidato a Vicepresidente de su esposa, fundando la desconcertante “Concertación Plural”, esta vez lo escoge como su adversario, enemigo y pretende imponerlo como el candidato de “la oposición”.
La política tiene estas cosas. El poder, da este tipo de derechos. Uno elige a sus amigos, pero también, en determinadas circunstancias y haciendo uso de posiciones como las que tiene Néstor Kirchner en el concierto político nacional, permite elegir a los enemigos.
Peleándose con Cobos, lo prefiere y entroniza. Muchos empresarios que no se alinean con el Gobierno miran a Cobos con desconfianza, pero con cariño, frente a esta posibilidad y son quienes están armando reuniones para “armarle un equipo”.
Pero los peronistas saben por qué lo hacen. Un intendente mendocino tiene toda una teoría al respecto y la comenta informal y soterradamente cada vez que la ocasión se le presenta. Dice así: “Se pueden perdonar todas las cosas en la vida, pero jamás una traición; y Cobos es, esencialmente, un traidor”. Por ello, asevera, “jamás será presidente”. ¿Y si ganara las elecciones?, le preguntamos: “Ya lo dije: no será presidente, no podrá ejercer la presidencia. Se lo impedirán todos los que se han sentido traicionados”.
por Gabriel Conte
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