domingo, 7 de febrero de 2010
Cobos pidió investigar al BCRA. Por Nelson Castro para Diario Perfil
La opinión del la Comisión Bicameral –unicameral– que se expidió sobre la conducta del ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, produjo un vendaval político de fuerte repercusión dentro de la oposición y, particularmente, en la UCR. Visto desde ese ángulo, el matrimonio presidencial debe haberse alegrado ante lo que tal vez haya considerado como una revancha de la, para ellos, aciaga madrugada del 17 de julio de 2007, la del voto “no positivo” de Julio Cobos. Ese vendaval que atravesó tanto a la UCR como al Acuerdo Cívico y Social, pinta la situación que se vive en vastos sectores de la oposición, en los que siguen predominando los personalismos por sobre proyectos comunes. Es algo de lo que los Kirchner se han venido aprovechando.
El eje de la discordia ha pasado por el consejo del vicepresidente referido a la remoción de Redrado. El dictamen, por sus características de secreto, afectó no sólo la relación de Cobos con sus correligionarios, sino también su imagen. La encuesta de Management & Fit, que ayer publicó PERFIL, es una demostración.
Antes de ir a las conclusiones y algunos de los puntos que expresa el dictamen de Cobos, es importante señalar que hubo un error metodológico que consintieron todos los integrantes de la comisión: la aceptación a debatir la continuidad o no de Redrado al frente del Central estando vigente el DNU 18/2010 que ordenaba su remoción. Para algunos, esto era sólo una cuestión de formas. Muchas veces las cuestiones de formas hacen indisolublemente a la vigencia del orden legal. Y aquí el eje de la disputa tuvo que ver precisamente no con el destino de Redrado, que se sabía era el adiós, sino con la falta de observancia de los mecanismos ordenados por la ley. Discutir su remoción en simultáneo con la existencia de un DNU que lo había echado es propio del absurdo, que en la Argentina abunda. El “consejo” de Cobos se expresó en un documento de 27 páginas. Antes de llegar a sus conclusiones expone algunos puntos que vale la pena conocer:
“No existen constancias que permitan concluir que el Lic. Pérez Redrado haya manifestado que no cumpliría con el Decreto N° 2010/09. En efecto, cuando fueron consultados los funcionarios del Banco Central ninguno afirmó escuchar al Lic. Pérez Redrado decir que no cumpliría con el DNU.
“Aún cuando públicamente, el Lic. Pérez Redrado ha asumido el papel de “guardián de las reservas”, ante esta Comisión ha expuesto sobre la agilidad y claridad del trámite, el que según él hubiera estado concluido en una semana más, indicando que sólo había tomado recaudos para preservar sus responsabilidades ante las advertencias legales que se le habían formulado.
“A los efectos de hacer un análisis comparativo, se consultó a los funcionarios del Banco Central sobre lo que había ocurrido con el DNU 1472/08, y aun cuando todos acordaron que se encontraba vigente, (ya que incluso fue aprobado por una de las Cámaras del Congreso, siguiendo el trámite de la Ley N° 26.122), ninguno de ellos supo responder con exactitud por qué nadie lo había cumplido a pesar de estar vigente hace más de un año”.
Este dato resulta realmente curioso, ya que el citado DNU, en su artículo 16, establece la utilización de reservas del BCRA para cancelar deuda con el Club de París. Ante tamaña mora en el cumplimiento de ese DNU, ¿por qué tanto apuro en la concreción del que crea el Fondo del Bicentenario?
Dos puntos más sobre los considerandos de Cobos:
“Ningún elemento permite concluir que el Directorio intimó o requirió formalmente una convocatoria por incumplimiento al Sr. Pérez Redrado, a la cual éste se encontrara legalmente obligado en los exiguos tiempos que se han señalado. Por el contrario, no se han aportado elementos que permitan inferir que algún miembro del Directorio requiriera dar tratamiento urgente a la cuestión del DNU 2010/09.
“El Presidente del Banco Central debió separar su defensa de la entidad que representaba, para que ésta sufriera la menor exposición y desgaste. En este sentido, si siguió públicamente esta línea, parece contradictorio y perjudicial para el Banco Central que luego de toda la exposición pública que el tema tuvo, abandonara las instancias promovidas con una renuncia tardía a su cargo y el desistimiento también tardío de las medidas precautorias judiciales respecto de su remoción por él iniciadas. De haber presentado su renuncia ante la conformación de la Comisión, todas estas vicisitudes podrían haber sido evitadas.”
Expuestos estos considerandos, el vicepresidente expidió su recomendación:
1- En cuanto a las causales expuestas en los fundamentos del DNU 18/2010 (por el que se lo echaba a Redrado) no encuentro, a partir de la información recabada por esta Comisión, razón válida para la remoción (de Redrado).
2- Emergen de la investigación autónoma de esta Comisión, llevada a cabo de común acuerdo por los tres integrantes, causales distintas y no invocadas por el DNU 18/10 que justificarían su remoción de acuerdo con lo expuesto en el cuerpo de este informe y con lo emanado del Art. 3° de la Carta Orgánica del BCRA, e incluso podrían servir para esclarecer las eventuales responsabilidades de todo el Directorio del BCRA.
3- Sin perjuicio de ello, mi anhelo de contribución plena en lo institucional y debido a lo complejo e inusual de los procesos derivados del dictado del DNU 18/10, me permite señalar que la solución política y jurídica más rápida, integral, de menor posibilidad de controversia y aumento de judicialización, es la aceptación de la renuncia del Lic. Hernán Martín Pérez Redrado. Esto posibilita normalizar el funcionamiento del BCRA y dar un claro y rápido mensaje a la economía. Todo ello, sin perjuicio de que tanto el Poder Ejecutivo como los demás poderes de la Constitución en resguardo del interés general y la responsabilidad funcional de todos los involucrados, mantengan abiertas sin reservas, las vías disponibles a su alcance para ejercer el análisis, juicio crítico y de responsabilidad funcional y personal en los órdenes político, administrativo, penal y los demás que correspondieren tanto respecto del Sr. Hernán Martín Pérez Redrado como del resto del Directorio del BCRA.
Del análisis de todo este documento surge que Cobos terminó sosteniendo una posición similar a la expuesta por la UCR y la CC. ¿Cómo explicar, entonces, el nivel de las diatribas que tanto uno como otro partido arrojaron sobre el vice? Respuesta: es la combinación de la falta de comunicación, de la desconfianza y de los personalismos. Y eso abarca a Cobos, a Elisa Carrió, a Gerardo Morales y a muchos. Tal vez allí el más componedor es el titular de la UCR, el senador Ernesto Sanz. Habrá que ver si con su voluntad alcanza para amalgamar voluntades. Por ahora, lo que la oposición irradia es un aura de rejunte fenomenal.
Viene ahora el debate crucial: la creación del Fondo del Bicentenario. Kirchner ya abrió la chequera para someter voluntades. Cualquier parecido con la extorsión no es casualidad.
La nueva presidenta del Central, Mercedes Marcó del Pont, es una economista de sólida formación con un posgrado en Yale. Es sobrina de Rogelio Frigerio y una firme defensora de las ideas del desarrollismo. En 2007, siendo diputada, supo presentar un proyecto de reforma de la carta orgánica del BCRA que fue rechazado, en el que proponía una limitación de la autonomía de la entidad y la posibilidad de utilizar reservas como instrumento de estímulo a la producción. El debate sobre este delicado asunto es válido y vigente. Pero ese no es el problema alrededor del Fondo del Bicentenario. El problema es Kirchner y su proyecto reelectoral de 2011, el que, sin la plata de ese Fondo, tiene destino de naufragio.
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