domingo, 2 de mayo de 2010
Ricardo Alfonsín: "Mirá Julio, sé lo que te dicen de mí. El día que sea candidato, te enterarás por mí. Trabajo para la consolidación del partido"
El primer sorprendido fue él cuando una mañana, no hace mucho, Ricardo Alfonsín leía los diarios: encabezaba varias encuestas de imagen positiva. Algunos amigos radicales ya tenían los datos y le habían sugerido la alternativa para las elecciones presidenciales.
El hijo de Raúl Alfonsín, fiel a su formación familiar y política, los sacó "casi corriendo". Lo consideraba apresurado. "El partido, y las circunstancias dirán cuál será al final el lugar que yo deba ocupar. Como decía Balbín, las candidaturas no se aceptan, se acatan", dijo en privado.
En el fondo, Ricardo Alfonsín, pudoroso en términos políticos, sabe que está ante un momento único. Pese a que hace años que es político, reconoce que después de la muerte de su padre se trasladaron a él, de algún modo, muchas de las condiciones del ex presidente. "Es cierto, además me hice más conocido", ha confesado. Participó de cada uno de los homenajes que le hicieron a su padre en todo el país.
"Estoy muy comprometido con consolidar el partido. Y no haré nada que pueda dañar las posibilidades del radicalismo para 2011", dijo con su tono tranquilo pero determinado. Fue en una reunión reservada en el living del departamento en el que vivió y murió Raúl Alfonsín. Va todos los días.
Cuando está por terminar el día, extraña a su padre. "A veces, de golpe me parece increíble que esté muerto", dijo. El atardecer era el momento en que iban a charlar con "el viejo" --así le dice--. "Le contábamos las cosas y le pedíamos consejos. Ahora no tenemos a quien echarle la culpa", contó otro día con una sonrisa. Fumaba unos Phillips Morris que le cedió un colaborador. Fuma un montón.
La conversación quizá más real y concreta sobre 2011 la tuvo con Julio Cobos, que ya está en carrera. Fue hace más de una semana en el despacho del vicepresidente en el Senado. Se habían reunido para hablar de la pelea interna en provincia de Buenos Aires. Típico de los radicales.
La semana que viene vence el plazo para presentar las listas para renovar autoridades del comité provincial. Buscaban un acuerdo: Alfonsín apoya una renovación de dirigentes contra un candidato promovido por el sector histórico de Leopoldo Moreau y Federico Storani, que dicen algunos tendría el aval del vicepresidente. En el entorno de Cobos responden que "Julio" sólo quiere "la unidad".
La reunión con Cobos arrancó con otro tema, más sensible: el 2011. Alfonsín fue directo al grano. "Mirá Julio, sé lo que te dicen de mí. El día que sea candidato, te enterarás por mí. Trabajo para la consolidación del partido", arrancó. Fue una conversación breve, amable y bastante sincera por tratarse de políticos. "El día que te tengas que cuidar de mí te vas enterar por mí. Sé muy bien que si las internas serían hoy las ganarías, pero falta más de un año", siguió. El vice ni lo dejó terminar de hablar. "Ricardito, creo lo mismo que vos. Falta mucho para 2011. Es muy bueno que haya más candidatos en el partido. Ya veremos", habría dicho.
Por las dudas, el diputado le repitió una convicción privada: "Jamás haré nada que pueda dañar las posibilidades electorales y voy a defender a nuestros dirigentes de cualquier ataque. Me preocupa que el partido se recupere y debatamos el futuro", siguió. Le propuso que ambos "se cuidaran" y según contó después el diputado, el vice estaba de acuerdo. En el entorno de Cobos sólo cuentan que hay muy bien diálogo con Alfonsín.
La charla sobre la presidencial no duró mucho, el resto del tiempo hablaron de la disputa de la UCR bonaerense.
Habían tenido otra conversación informal en el verano en plena crisis del uso de reservas del Banco Central para pagar deuda. Ya entonces le decían a Cobos que Alfonsín miraba a 2011. Habló con Cobos: negó la versión y dijo que debían preservar la esperanza que la gente tenía en la UCR.
Sólo ante los íntimos decía que el vice no iba a poder mantener intacto su romance con la sociedad. "Su situación es difícil. Y para compensar, hay que fortalecer el partido", analizaba el diputado, que suele contar que nunca soñó con ser presidente. "Quizá porque mi padre lo fue", aventuró. Pero en privado admite que lo sería.
Con las encuestas es prudente :sabe que son de imagen y no de intención de voto. De todos modos, además de su labor como diputado, trabaja en la formación de equipos técnicos. Reserva los nombres, pero mantiene reuniones con intelectuales de la Argentina. Ricardo Alfonsín es un lector feroz. Pero desde que asumió la banca y recorre el país casi no tiene tiempo de leer.
Le empezaron a suceder cosas que él vivió. Ricardo Alfonsín a veces se encuentra a sus hijos en la cocina, en el desayuno, igual que le pasaba a él con su padre. "Comprendimos que papá nos quitaba tiempo por una actividad noble, y hoy yo hago lo mismo con mi familia", dijo. Algunas veces lo asalta un pensamiento: "¿Qué me diría el viejo sobre el futuro? Tiene la convicción de que el ex presidente estaría feliz de verlo diputado. "El quería que fuera, me lo dijo", contó "Ricardito".
Hay algo que siempre dice en privado: "Yo no soy él". Y explica: "Al menos, no soy el único que no soy él. A mí es al único que se me exige ser como él, a los demás no".
Es muy cauto. Cuando viaja al interior ya le preguntan por el 2011, lo alientan. "No me engaño con eso", dijo. "Ser candidato no depende de mí. Eso sí, no voy a hacer nada que dañe al partido. Está en mi ADN, es parte de mi vida", se confesó. Y sí, es un Alfonsín.
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