Si queremos hablar de inclusión social tenemos que referirnos a la posibilidad de conseguir trabajo y de estar capacitado para llevarlo a cabo, también de poseer las herramientas para construir una vida digna; para esto es necesario más educación y más conocimiento. Si entendemos a la educación como el eje central de todas las políticas sociales, debemos repensar y profundizar las acciones relacionadas al sistema educativo.
Existe una relación directa entre educación y pobreza. Según estudios privados, si el jefe de hogar empleado posee primaria incompleta la probabilidad de ser pobre es del 65 %, mientras que si tiene secundaria completa es del 17%. Cuanto mayor es el nivel educativo alcanzado, menor es la probabilidad de ser pobre.
Es decir, la relación educación-pobreza es innegable y las acciones que tomemos en una de las variables modificará directamente la otra. El acceso a la educación, la permanencia en las escuelas, la calidad y terminalidad educativa; son algunos de los mecanismos que garantizan una movilidad social ascendente.
La educación genera posibilidades concretas de abandonar la pobreza. Es una herramienta efectiva y crucial para combatir la marginalidad y la vulnerabilidad social que muchas veces trae como resultado la delincuencia y las adicciones. La inseguridad y la pobreza, flagelos de nuestros tiempos, deben solucionarse con medidas efectivas y de corto plazo, pero sólo serán salidas coyunturales si las mismas no están enmarcadas en un profundo cambio de valores, producto de un gran esfuerzo educativo.
En consecuencia, es necesario poner en marcha una serie de acciones y cambios educativos que incidan en la calidad de vida. Esto es responsabilidad del Estado, tal como lo establece la Ley de Educación Nacional (Ley 26.206) la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, que debe ser garantizado por el Estado.
El Estado nacional, las provincias y la CABA tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos los habitantes de la Nación, garantizando la equidad en el ejercicio de este derecho.
Somos concientes que aún falta camino por recorrer y así llegar a la aplicación efectiva de la Ley. Es necesario reflexionar sobre algunas medidas en materia de educación que, de ponerse en práctica, incidirían directamente en la mejora de la calidad educativa y en el nivel de vida de los habitantes de nuestro país.
1) EXIGIR LA OBLIGATORIEDAD PARA TODOS
La educación es un derecho reconocido legalmente y es universal. Al igual que cualquier otro derecho, la educación implica un deber. Se debe hacer efectivo el cumplimiento de la obligatoriedad de la escuela, tanto primaria como secundaria y esto es responsabilidad de todos: Estado, alumnos y padres.
Es deber de los padres mandar a sus hijos a la escuela, es deber del alumno concurrir y es deber del Estado velar porque esta disposición se cumpla. No podemos realizar un verdadero cambio cultural y promover el respeto por los valores y las normas, si nosotros no cumplimos con ellas.
Dado los altos indicadores de pobreza e indigencia de nuestro país, muchas veces las familias no pueden dar el apoyo necesario para garantizar la permanencia de los jóvenes en la escuela, o incluso se da el caso de la inexistencia de un grupo familiar. En este sentido la escuela, deberá contar con personal especializado, encargado del seguimiento de la asistencia escolar. Debemos pensar en la creación de tribunales escolares, como el espacio donde se adopten decisiones ante la deserción escolar y el no cumplimiento de la obligatoriedad; trabajo que podría articularse con los tribunales de familia y minoridad.
Hoy hay más de 500.000 menores fuera de la escuela. La asignación universal nos da una oportunidad si se la piensa como política socio educativa, vinculando fuertemente el pago de la misma al ingreso, permanencia y aprendizaje de los chicos en la escuela.
Una herramienta útil para el seguimiento de la trayectoria escolar de los alumnos, que podría ser aplicada a nivel nacional, es la Cédula Escolar o Legajo de Alumnos. Este sistema consiste en la confección de un registro digitalizado de la trayectoria escolar de los alumnos, incorporando datos personales, identificando la escuela en la que están inscriptos y los movimientos dentro del sistema educativo. Con la Cédula escolar, podemos ver el pase de una escuela a otra, el ausentismo reiterado, la repitencia o la deserción y a partir de estos datos, realizar las acciones que sean necesarias para revertir esa situación.
Además, permitiría cruzar datos con el Registro Civil, conociendo con certeza los niños en edad escolar que están fuera del sistema e iniciar acciones para reinsertarlos. Esta herramienta también facilitaría la aplicación de aspectos de la asistencia social, como la Asignación Universal por hijo o la emisión de certificación de escolaridad para el pago de asignaciones. El potencial de este instrumento es muy grande, podría relacionarse con la libreta de salud de cada niño y así hacer un seguimiento pormenorizado de calendario de vacunación y demás información relacionada con el sistema de salud.
2) NIVELAR HACIA ARRIBA: EXIGENCIA Y CALIDAD
Debemos dotar a la educación de los máximos estándares de calidad, poniendo el acento en el proceso de enseñanza. Nivelar hacia arriba. Contemplar situaciones particulares, no es motivo suficiente para bajar el nivel de exigencia.
En un entorno social comprometido, con precariedad, bajar el nivel de exigencia es condenar a nuestros niños a perdurar en esa situación. Las herramientas educativas deben ser impartidas por igual, procurando que todos puedan progresar desde y con el conocimiento. Si bien debemos contemplar las particularidades de cada escuela y de la comunidad en la que está inmersa, nuestro sistema educativo no puede admitir diferencias en los niveles de calidad y exigencia, independientemente de que hablemos del sector público o privado, o de los ámbitos rural o urbano.
La escuela rural, no sólo debe tener un alto nivel de exigencia sino que debe ser responsable de trabajar fuertemente en el arraigo y en el sentido de pertenencia de nuestros jóvenes; por lo que además de enseñar debe realizar un aporte al mantenimiento y puesta en valor de la sociedad en la que se inserta.
De igual forma, las escuelas técnicas deben formar técnicos de calidad aptos para responder a las más altas exigencias del mundo moderno. Esto se logrará si las mismas reciben un fuerte apoyo estatal y privado en cuanto a recursos, equipamiento tecnológico y capacitación. Es fundamental que las empresas establezcan convenios con las escuelas, para la ejecución de un plan de pasantías que den formación a nuestros alumnos y los familiarice con la práctica laboral.
Estamos de acuerdo con que el sistema educativo debe ser incluyente, pero no retener a los alumnos a partir del facilismo; debemos establecer políticas duraderas a partir de programas que no funcionen como parches. Las falencias del sistema, se pueden combatir con recursos humanos y tecnológicos, con tutorías, libros y computadoras para cada alumno, pasaje escolar, entre otras; pero nunca serán superadas si bajamos el nivel de exigencia.
Mejorar la calidad de la enseñanza, es la herramienta óptima para que la escuela cumpla un rol preponderante en el proceso de inclusión social. Hoy la escuela no incluye, tanto porque los chicos de sectores más vulnerables la abandonan, como porque aún permaneciendo en ella, no aprenden lo que la realidad demanda.
La extensión de la jornada escolar es necesaria para que los chicos, especialmente los de los sectores más vulnerables, tengan un tiempo y un espacio para el estudio y la realización de tareas extra escolares. El aprendizaje necesita dos momentos, uno en el aula mediado por el docente y la participación de los pares y otro individual, de acuerdo a tiempos personales, trayectoria escolar, experiencias previas de la práctica social. Este espacio es fundamental no sólo para el aprendizaje de contenidos específicos, sino también para la formación de hábitos de trabajo.
Una estrategia que puede aportar a una mejor calidad educativa, es la aplicación de exámenes globales integradores. Esta modalidad de evaluación deberá estar presente en todos los niveles del sistema educativo; con el fin de evitar la especulación y lograr la integración de los conocimientos adquiridos durante el año. Estos globales no deben ser interpretados como una suma de conocimientos, sino como la aplicación práctica e integral de los mismos.
3) CUMPLIR CON LOS DÍAS DE CLASES
El primer día de clases en todos los niveles debe ser un momento festivo, de celebración; con toda la comunidad educativa en las instituciones escolares y no con aulas vacías por paros o reclamos sectoriales.
Los docentes deben percibir un salario digno y conforme a la responsabilidad social que tienen. Un docente bien pago y con condiciones dignas de trabajo, estará mejor preparado para formar a sus alumnos. Para ello, hay que lograr un acuerdo social con todos los sectores que intervienen en el sistema educativo, con el objeto de garantizar el cumplimiento efectivo de -al menos- 190 días de clases; esto solo será posible si existe la voluntad y el entendimiento entre esos sectores.
Una alternativa es realizar las paritarias docentes y conocer el resultado de las mismas al final de un ciclo lectivo y previo a la aprobación del presupuesto, para que los acuerdos allí realizados, cuenten con los fondos necesarios para ser cumplidos. Esto implica también, de parte de los sindicatos, un compromiso para con los alumnos, evitando aquellas acciones que recorten la cantidad de días de clases programados.
Si hacemos una simple relación entre la cantidad de días efectivos de clase y los resultados en las evaluaciones educativas internacionales podremos sacar algunas conclusiones. Chile es el país de la región que mejores resultados ha obtenido en las evaluaciones de calidad y no es casualidad ya que por ley, este país posee 38 semanas de clase de jornada completa y 40 semanas de clase en jornada común, promediando los 200 días de asistencia obligatoria. Similar es lo que sucede en México y Brasil, que exigen 200 jornadas anuales.
Además, es importante que se respeten las horas asignadas a la enseñanza, procurando que las jornadas de capacitación, las campañas (educación vial, drogadicción y otras) o actividades (viajes de estudio, exhibiciones, actos escolares) que involucren a docentes y alumnos, se realicen fuera del horario escolar. Esto también puede ser de tratamiento en las paritarias.
4) PRIORIZAR LOS CONTENIDOS BÁSICOS
El sistema educativo argentino supo ocupar un lugar preponderante y reconocido por todos los países de América. La educación promovía los valores del esfuerzo, del trabajo y del estudio. Las escuelas formaban técnicos requeridos por el mercado y las empresas, las universidades generaban especialistas solicitados desde distintos países por su nivel de excelencia. Lamentablemente y debido a algunos desaciertos cometidos en política educativa, mucho de eso se ha perdido.
Como consecuencia de la transformación de los planes de estudio, se fueron perdiendo –en cantidad y calidad- contenidos básicos tales como matemática, lengua y ciencias. Los resultados obtenidos en las evaluaciones de calidad educativa -tanto nacionales como internacionales- evidencian que estos cambios no han alcanzado los objetivos deseados y, por el contrario, han provocado la degradación en la formación de nuestros estudiantes.
Estamos a tiempo de subsanar estos errores, debemos volver a poner en valor los contenidos, aumentando la carga horaria en materias básicas: Lengua, Idiomas, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Matemáticas, vinculando educación física al deporte.
A partir de una formación básica sólida, será más fácil la incorporación de nuevos saberes. Asumimos que la formación integral de la persona requiere en la escuela, la presencia de otras áreas de formación. En este sentido la extensión de la jornada permitiría una oferta diferenciada de talleres de tecnología, actividades vinculadas al arte, entre otros.
5) APLICAR JORNADA EXTENDIDA Y SALAS DE 4 AÑOS
Se debe priorizar la doble escolaridad y las salas de cuatro años en las zonas de mayor vulnerabilidad social. Sabemos que la familia es la unidad social básica y la escuela no puede suplirla en su rol esencial para la formación humana; pero indiscutiblemente, las instituciones educativas han adquirido mayor responsabilidad y preponderancia en la formación temprana.
La pobreza y las necesidades básicas insatisfechas de muchas familias afectan directamente a los niños, justo en la etapa fundamental del crecimiento, donde se adquieren las herramientas físicas y mentales para poder aprender. Un niño desnutrido o subalimentado indefectiblemente tendrá graves dificultades para aprender, no se trata de tener o no voluntad de hacerlo..
Además, el manejo del lenguaje en determinados sectores de la sociedad es tan acotado que el problema no es comprender una fórmula matemática o la estructura de una oración, sino que no hay una comprensión de las consignas. En aquellas familias donde los padres manejan pocas palabras y frases inconclusas, debe ser la escuela quien compense estas falencias en los hijos. Es en la escuela, con la aplicación de diversas estrategias tanto en la sala de cuatro años como en la jornada extendida, donde se debe promover la oralidad, la lectura y la construcción del lenguaje. No podemos exigirles a los niños que entiendan procedimientos, si no tienen herramientas ni capacidad para comprender las consignas.
Siguiendo el ejemplo del programa Escuelas del mañana aplicado en Brasil, debemos extender la doble escolaridad, más aún en aquellos lugares con gran vulnerabilidad social. Es imprescindible extender la jornada y si no hay suficientes edificios, habrá que usar los de otras instituciones del estado o la sociedad civil, como centros comunitarios, iglesias, fuerzas armadas. Asimismo, debemos dar cumplimiento efectivo a lo establecido en la nueva Ley: El Estado nacional, las provincias y la CABA tienen la obligación de universalizar los servicios educativos para los niños de 4 años de edad.
La ecuación resulta simple, mientras más tiempo un niño esté en la escuela, aprendiendo, formándose en contenidos y en valores, mayor será la disminución de la vulnerabilidad social del mismo y la exposición a flagelos como la delincuencia o las drogas.
6) INTEGRAR LOS NIVELES EDUCATIVOS: EL ROL DE LAS UNIVERSIDADES
Debemos integrar las universidades a todo el proceso de educación, fundamentalmente a la educación media. La universidad debe cumplir el rol de monitora y evaluadora de la calidad educativa, articular con el nivel medio y a partir de los resultados, proponer cambios o reformulaciones que faciliten el paso de un nivel al otro. La mejor forma de evitar el fracaso y la deserción a nivel universitario, es lograr una transición coordinada de la secundaria a la universidad. Hoy en día, según datos del Ministerio de Educación de la Nación, la deserción universitaria en el primer año de carrera llega al 60%.
Así como la sociedad argentina hace un gran esfuerzo -con el pago de sus impuestos- por sostener una enseñanza pública y gratuita, los estudiantes de este nivel pueden contribuir, tanto con sus trabajos de investigación y actividades usuales, como con el propio servicio solidario. En este sentido, la realización de tareas comunitarias por parte de los alumnos promueve valores de solidaridad y compromiso en los estudiantes. En la formación de todas las carreras terciarias y universitarias se debería implementar laPráctica Educativa Solidaria de forma obligatoria.
Hay 1.200.000 alumnos en el sistema educativo universitario, esto representa una gran cantidad de jóvenes que pueden aportar su experiencia, conocimientos y capacidades en diversas áreas tales como salud, educación, vivienda, tecnología.
Los estudiantes universitarios pueden participar activamente en el sistema educativo, desempeñando el rol de tutores o maestros de apoyo, encargándose de la educación complementaria de alumnos, tanto de nivel primario como secundario. De esta manera, formarán parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, a través de diferentes mecanismos tales como tutorías, participación en planes de reinserción escolar, talleres de salud reproductiva y prevención a las adicciones, etc. Ser solidarios ayuda a construir ciudadanía, tanto para el que recibe como para el que genera acciones de solidaridad.
7) GENERAR PROGRAMAS DE INSERCIÓN ESCOLAR A NIVEL NACIONAL
Además de los alumnos que nunca alcanzan el nivel secundario, muchos ingresan al primer año del secundario y abandonan inmediatamente porque en la primaria no aprendieron lo básico, como leer fluidamente, resolver operaciones matemáticas y adquirir conocimientos elementales de ciencias. Por otro lado, también existe la problemática de aquellos que cumplen con el cursado pero adeudan materias. Por esto, se hace necesario establecer distintas estrategias, flexibles en tiempo y espacio, para que los jóvenes que no han cumplido con la escolaridad, puedan hacerlo.
También existen aquellos que han terminado con el secundario y sin embargo no poseen las herramientas y capacidades necesarias para desenvolverse en el mundo laboral o ingresar a la universidad. Para ellos, es necesario articular con las empresas y universidades, garantizando la inserción de los jóvenes en los espacios laborales y académicos.
La propuesta del Servicio Cívico Universal, surge de una experiencia aplicada en la provincia de Mendoza en las instalaciones de las fuerzas armadas y consiste en atender la problemática de los jóvenes que no hayan culminado sus estudios. Se les brinda tanto la posibilidad de terminarlos como de capacitarse en diferentes oficios y además pagarles una beca por concurrir a los estudios.
El Servicio Cívico se vincula a la Práctica Educativa Solidaria que hacíamos referencia en párrafos anteriores, ya que los estudiantes universitarios pueden ocupar el rol de tutores dentro de este programa, apoyando a los jóvenes en el aprendizaje de las disciplinas, en la realización de talleres, en propuestas de micro emprendimientos productivos. De esta manera todos los jóvenes serían parte del Servicio Cívico, unos enseñando y otros aprendiendo.
8 ) EVALUAR LA CALIDAD EDUCATIVA
Respecto de la calidad educativa debemos pensar dos sistemas complementarios de evaluación, que requieren diferentes tiempos y estrategias de aplicación.
Por un lado debemos apuntalar el sistema estandarizado de evaluación de la calidad. Éste debe aplicarse con continuidad, en todas las jurisdicciones y niveles. Los resultados obtenidos, nos brindarán información valiosa sobre las fortalezas y debilidades del sistema educativo y nos permitirá perfeccionarlo. Nuestra educación debe responder satisfactoriamente a los estándares internacionales de calidad educativa.
Por otro lado un sistema de evaluación de la enseñanza, fijar previamente un piso de contenidos básicos para todo el país; serviría para unificar el hoy disperso sistema educativo. Este formato se diferencia del anterior ya que el acento está puesto en qué aprendieron los alumnos de lo qué la escuela se propuso enseñar. Persigue objetivos distintos al anterior, ya que no busca medir tendencias, sino apuntar específicamente a la práctica docente.
9) PROMOVER LA FIGURA DEL TUTOR
En las escuelas se debe prever la figura de un auxiliar o tutor por curso, que tenga presencia permanente en el aula, para brindar apoyo cuando sea necesario y asistir en las tareas extraescolares. Esta figura es importante no sólo por los aprendizajes, sino por lo social y lo afectivo; ya que tiene más posibilidad de conocer a los alumnos, de saber lo que necesitan y fundamentalmente estar atento al ausentismo o deserción de los mismos.
Este apoyo debe materializarse antes del inicio del ciclo, ya que generalmente se espera que el alumno fracase para iniciar clases de apoyo. Se deberá encomendar al nivel primario el propósito de salvar estas dificultades previo al egreso del nivel.
10) VOLVER AL LIBRO Y DISPONER DE TECNOLOGÍA
El modo más sencillo de promover el hábito de la lectura es que cada alumno tenga en sus manos un libro, porque es la lectura la llave maestra del conocimiento. Como todo hábito, debe ser inculcado con perseverancia y desde temprana edad. La lecto-escritura es una habilidad transversal a todos los espacios curriculares, mientras más trabajemos en ella, mayor éxito obtendremos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Desde el Estado debemos garantizar un libro de texto para cada alumno (en el caso del nivel medio uno de cada una de las disciplinas básicas) aumentando la cantidad de libros en forma progresiva.
Hay que preparar a nuestros chicos para enfrentar el mundo actual, por eso es esencial la incorporación de recursos tecnológicos en las escuelas; cada alumno debe contar con una computadora y hacer un buen uso de ella. Uruguay es uno de los países que más ha avanzado en este sentido, sigamos el ejemplo.
CONSIDERACIONES FINALES
Hoy tenemos la necesidad de apostar fuertemente a la educación para erradicar la marginalidad, otorgando las herramientas a los niños, jóvenes y adultos para salir de la exclusión. La tarea no debe circunscribirse a solucionar los problemas existentes, sino también a tener la capacidad de mejorar la calidad del sistema educativo en todo el territorio nacional. De lograrse estos objetivos, ellos traerán aparejados una mejora generalizada en la calidad de vida.
Formación en valores, para provocar un cambio cultural que genere una nueva forma de ver y respetar al otro, que predique y ponga en práctica la cultura del esfuerzo y del trabajo, que defienda y respete tanto los derechos como las obligaciones y forme en valores a todos los ciudadanos de nuestro país.
Formación básica de calidad, con contenidos básicos que garanticen a todos la posibilidad de leer, de escribir, de pensar y entender, de aprender a aprender y que aporte mecanismos para desarrollarse en diferentes ámbitos; científicos, educativos y laborales.
Formación terciaria y universitaria de excelencia que genere hombres y mujeres profesionales que vuelquen todos sus conocimientos y experiencias en pos del crecimiento y bienestar de la sociedad; y ubiquen a nuestro país en una posición de privilegio, liderando el sector productivo mundial y otorgando –desde el conocimiento- valor agregado a la producción Argentina.
Estas palabras no pretenden ser una verdad absoluta y conforman -entre otras estrategias- un aporte más para lograr una formación de calidad, incluyente y para todos los habitantes del suelo argentino.
De utopías se construye el futuro y es hoy cuando debemos empezar a recorrerlo.
Julio César Cobos
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