viernes, 30 de octubre de 2009

Raúl Alfonsín, Vocación y Pasión (Julio César Cleto Cobos)


Nuevamente la historia, la vida, el destino, me encuentra en un momento más, trascendente en mi vida, honrar a un hombre, homenajear a un gigante de la democracia, al presidente de todos, a Raúl Alfonsín. Si bien lo tengo que hacer con palabras, creo que el mayor homenaje lo ha realizado ya el pueblo argentino, con muestras de dolor, de reconocimiento, y algunos jóvenes de curiosidad también; que se acercaban ayer para ver quién era este hombre que había saturado las radios, los diarios, los canales. Quién era Raúl Alfonsín. Muestras de afecto y dolor, que aún perduran en las caras de sus familiares, en el llanto de sus nietos y bisnietos. No quiero cometer el error de omitir en esta gran responsabilidad que tengo, en esta oportunidad histórica, alguna palabra, algún sentimiento, que quizás la emoción, los nervios, la escasa memoria, impidan que pueda trasladar a ustedes, por eso quiero leerle al doctor Alfonsín, algo que escribí en horas de desvelo, con razón, con sentimiento, pero también con corazón:
“Querido presidente, presidente de la democracia, estas palabras no son una despedida para usted, está y estará con nosotros a pesar de su ausencia. Está y estará con nosotros porque su vida forma parte de nuestra historia, pero también del presente y del futuro, su legado en pos de la construcción de la democracia, la libertad, la igualdad y la justicia acompañará futuras generaciones.
Su vida, estuvo signada por la vocación y la pasión, y por ende el amor. Vocación y pasión por la política a la que dedicó toda su vida, a costa de un renunciamiento a una vida privada en su tranquila Chascomús, porque entendía a la política como la herramienta más valiosa para construir una sociedad más justa e igualitaria. Vocación y pasión por el compromiso y la defensa de las convicciones en la construcción de un espacio político que superara viejas antinomias. Vocación y pasión por la democracia en la defensa de las instituciones republicanas, en la construcción de consensos, en el respeto a las minorías, y aún en aquellas decisiones que entiendo lo llenaron de impotencia, pero fueron necesarias a los intereses de la República. Vocación y pasión por la democracia que trasciende fronteras al apoyar, como se ha dicho acá, fervientemente los procesos democráticos de países vecinos. Ex - presidentes, y presidentes latinoamericanos, ayer y hoy han expresado este reconocimiento. Vocación y pasión por la paz, porque usted ni hubiera permitido el derramamiento de sangre en las Islas Malvinas, porque en su gobierno se superó un conflicto con la República hermana de Chile, que hoy también ha decretado su duelo. Conflicto que se superó, como lo resuelve la democracia: sin armas, con diplomacia y en paz.
Hoy, casualidad del destino, 2 de abril, se que estaría de acuerdo en hacer un reconocimiento y merecido homenaje a los soldados de Malvinas y también a un hombre como Juan Pablo II, que hoy, casualidad del destino, se cumple un aniversario de su muerte.
Vocación y pasión por la integración regional, así en su gobierno se dio impulso al MERCOSUR y se fortalecieron los vínculos de la región. Vocación por la justicia: el Juicio a la Junta, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la defensa democrática contra los levantamientos insurgentes, me eximen de todo comentario.
Vocación y pasión por el país y su gente en la defensa de los Derechos Humanos, la igualdad y la justicia social. Como dijo muchas veces: “La libertad y la igualdad son esenciales en la democracia.
Si uno tuviera que nombrar una virtud que caracterizó su vida, si bien fueron muchas, su obra y su lucha, a mí entender, diríamos que fue la abnegación, el renunciamiento a intereses personales en pos de lo público, el renunciamiento en pos de consensos, el renunciamiento por ideales que trascienden méritos y honores.
Ciudadano Alfonsín, nuestro presidente, querido Raúl, ¡Alfonsín! ¡Alfonsín!, como gritan tus jóvenes, te decimos hasta siempre, porque sabemos que lo encontraremos cuando la República lo necesite, porque esa vocación y esa pasión lo hicieron además del Padre de la Democracia, maestro de ciudadanos. Descanse en paz Raúl.”

Discurso de Julio César Cleto Cobos en la despedida a Raúl Ricardo Alfonsín, Congreso de la Nación Argentina, 2 de abril de 2009.

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