lunes, 26 de octubre de 2009

El día que los Cadetes del Liceo votaron por Julio Cobos y generaron un revuelo


Ni siquiera en el ámbito estudiantil la figura del vicepresidente, Julio Cobos, logra pasar inadvertido. Lo que en el Liceo Militar Gregorio Aráoz de La Madrid comenzó como un inocente desafío de adolescentes terminó envuelto en la coyuntura política por la que atraviesa el país.
Como es tradición en ese colegio, los alumnos que egresan deben elegir un nombre que simbolice a su promoción. En 2007, por ejemplo, el escogido fue Juan Pablo II, en honor al extinto Sumo Pontífice. Esta vez, los jóvenes de la vigésima quinta camada se sintieron identificados con la actuación política del vicepresidente, en especial a partir de su voto “no positivo” en el desenlace del conflicto con el campo. Por ello, plantearon a las autoridades del establecimiento su intención de que la tradicional foto de la promoción, que será descubierta este jueves, sea acompañada por una placa con una insólita inscripción: “Julio Cobos”.
La negativa institucional fue rotunda. Incluso, debió redactarse un memorándum aclaratorio sobre algunas de las pautas que los alumnos deben seguir a la hora de escoger un nombre. “Siempre los orientamos para que elijan a personas fallecidas, que sean representativas y que no puedan ser cuestionadas, sino que unan a toda la comunidad educativa. En este caso, la decisión es lógica: todo instituto educativo, sea militar o no, debe ser apolítico”, justificó el director del Liceo Militar, el coronel de Comunicaciones Luis María Medeiro.
Pero los adolescentes no quedaron satisfechos con la explicación de sus superiores. Incluso, llegaron a contactarse telefónicamente con el vicepresidente Cobos, graduado en el Liceo Militar de Mendoza. “La propuesta que ustedes realizaron ha llenado mi corazón y es allí donde debe quedar tallada. Hoy más que nunca debemos evitar desencuentros o diferencias que empañen un ápice vuestra graduación. El pacto de amistad y compromiso entre este Vicepresidente y todos ustedes, cadetes del Liceo Militar, ya ha sido sellado”, escribió Cobos en su nota de agradecimiento.
También los padres de los 48 alumnos que egresarán con el rango de subteniente de reserva del Ejército se involucraron en la discusión. La mayoría apoyó el reclamo de sus hijos, pero dieron un cierre a la polémica. “Hubo una moción que el Liceo no aceptó por normas internas que deben ser respetadas, por eso acatamos la decisión institucional. Lo lindo es que quedó el compromiso verbal del Vicepresidente de compartir, cuando visite Tucumán, una reunión con los egresados”, adelantó el comisario retirado Héctor González.
Frente a la curiosa situación, los alumnos que protagonizarán el jueves la entrega de sables y el cambio de bandera deben elegir otro nombre que los identifique. Aunque algunos, enojados, prefieren dejar la placa en blanco.

“No tendrá gorra ni sable, pero tiene unos huevos (sic) enormes”, fue una de las inscripciones de las remeras que mostraron los jóvenes para expresar su malestar durante la tradicional “vuelta olímpica” de fin de año. A pesar del desenfado adolescente, no habrá sanciones, según anunció el coronel de Comunicaciones Luis María Medeiro.

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