Laura Capriata
LA NACION
Julio César Cleto Cobos ya le puso fecha de vencimiento a su cargo como vicepresidente: marzo de 2011.
El compañero de fórmula de Cristina Kirchner sabe que si su proyecto presidencial avanza deberá dejar el poder, para no mezclar la campaña con su papel institucional, y en público y privado maneja esa fecha para su eventual salida del Gobierno.
Sin embargo, alrededor del vicepresidente se desató un debate interno entre los que quieren convencerlo de que se vaya "cuanto antes" y los que procurarán que se quede hasta ese momento.
"Voy a seguir hasta 2011 y definiré mi situación en marzo de ese año, cuando se hagan las internas de los partidos", reconoció Cobos hace poco en declaraciones públicas. Fue la primera vez que abandonó su discurso de permanecer en el Gobierno hasta el fin del mandato.
Desde el día después de las elecciones (y antes también) el vicepresidente trabaja a toda máquina para convertirse en el candidato presidencial del Acuerdo Cívico y Social (ACyS) y cerca de él confiaron a LA NACION que si lo logra dejará su cargo.
Pero para algunos de sus principales operadores eso no es suficiente.
El jefe de su bloque en Diputados, Daniel Katz; el intendente bonaerense Mario Meoni (Junín) y su referente en Neuquén, el diputado electo Horacio Quiroga, son algunos de los que creen que Cobos debería dejar la vicepresidencia a más tardar en 2010 para calzarse cuanto antes el traje de candidato.
En la otra vereda, sus asesores y colaboradores más cercanos del Senado y varios de los mendocinos que lo acompañan desde su gestión como gobernador piensan que debe permanecer en su cargo y pedir licencia sólo para la campaña.
Mientras unos y otros tratan de convencer a Cobos de sus argumentos, el vicepresidente ya imagina cómo sería su hipotético gobierno.
"Hay que unir la transformación de los primeros dos años de Alfonsín con la ética, el compromiso y el carácter republicano del gobierno de Illia", repite a su círculo de confianza.
La pata peronistaEl vicepresidente está seguro de que sólo podrá llegar al poder de la mano del Acuerdo Cívico y Social (ACyS), el frente electoral que la UCR formó con la Coalición Cívica de Elisa Carrió y el socialismo de Hermes Binner, aunque es una incógnita qué camino tomará su áspera pelea con Carrió en ese escenario.
Pero Cobos cree que, además de esa alianza electoral, si llega al Gobierno necesitará una alianza de gobernabilidad que busca sellar con el peronismo disidente, "el PJ sano", como lo llaman cerca de él. Se refieren al movimiento que encabezan Francisco de Narváez y Felipe Solá, que fue aliado a Cobos en Mendoza en estas elecciones.
En esa línea tienen que leerse las reuniones y mensajes de apoyo mutuo entre Cobos y De Narváez. El vicepresidente no planea un cogobierno con los peronistas, sino acuerdos básicos en políticas públicas y una agenda legislativa común, aunque, igual que Carrió, imagina una pata peronista dentro de su eventual gabinete.
"En su gobierno también habrá lugares para la gente de la UCR, de Carrió y de Binner", aseguró a LA NACION uno de los principales operadores cobistas.
Mientras tanto, el vicepresidente intenta quedarse con los heridos que va dejando el personalismo de Carrió, como Margarita Stolbizer. En cambio, con la UCR y el socialismo, su estrategia es la seducción. Después de todo, todavía necesita convertirse en su candidato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario