sábado, 18 de julio de 2009
El vicepresidente Julio Cobos afirmó que poco antes de votar en contra de la resolución 125, un año atrás, recibió la sugerencia del oficialismo de “no asistir” a la votación y una advertencia en el sentido de que si no votaba con el Gobierno se tenía que ir.Asimismo, Cobos relató que por aquel entonces “era una situación bastante complicada. Mandé custodias del Congreso a casas de senadores y senadoras que me pedían reforzar la vigilancia. Hasta hubo uno que me pidió entrar armado (al Congreso)... La presión que se vivía era tremenda”. En el primer aniversario de su frase “mi voto no es positivo”, Cobos accedió a contar detalles decisivos de su protagonismo en la sesión en que se debatió el proyecto oficial de retenciones móviles, que determinó la peor derrota legislativa del gobierno que había iniciado junto a Cristina Kirchner apenas siete meses antes. “Durante la sesión del 16-17 de julio nunca hablé con Cristina (Fernández), ni con Néstor Kirchner. Sólo me comuniqué con (el jefe de gabinete) Alberto Fernández, a las 4 y media de la madrugada, unos momentos antes de hablar ante la Cámara. Sé que algunos me estuvieron llamando una horas antes, pero no atendí a nadie”, reseñó. “Recuerdo que estaba por ingresar al recinto para definir la situación y (el presidente provisional, José) Pampuro, me pasa un celular y me dice 'Es Alberto, atendelo'. Le repetí lo que le había comunicado a Pampuro, al irme a ver a mi despacho un rato antes: 'Pidan ustedes un cuarto intermedio para ver si podemos consensuar un proyecto común en los próximos días o en una semana. Este tema importante no lo puede decidir sólo el vicepresidente; ni puede terminarse por la diferencia de un voto, sino de diez, o más'”, continuó. Cobos señaló que “Alberto (Fernández) me dijo: 'Mirá, Julio, haceme caso, la gente te va a entender, te va a acompañar (si votás a favor). Decí que la Presidenta los espera a las 8 de la mañana para ver otros temas que están pendientes...' Pero yo me niego y le insisto con que hay que hacer un cuarto intermedio. Le pido que sea Pichetto el que lo proponga. El me respondió: 'Julio, vos nos metiste en esto de consultar al Congreso con una carta que hiciste pública'. Y yo le contesté: Vos sabés cómo voy a votar: acá el país se incendia, hay una mayoría de la sociedad argentina que está pidiendo que terminemos con este conflicto: esto va a costar sangre argentina. Disculpame, pero yo igual voy a plantear un cuarto intermedio, y si no, voy a votar en contra”. “El llamado se terminó y Pampuro me pidió: 'Estirá el discurso, que yo voy a tratar de convencerlo a Pichetto'. Entro al recinto, empiezo a hablar, doy vueltas y vueltas, y al rato Pampuro me hace una seña (levanta los hombros, en señal de resignación y de impotencia). Entonces, redondeo el discurso y anuncio el voto en contra”, añadió. -¿Recibió presiones de parte de senadores oficialistas para que un justicialista se hiciera cargo del desempate? -Fue un sugerencia y una presión. Me habían dicho 'si votás vas a tener que irte'. Pero yo decía ¿por qué voy a renunciar? Una senadora vino con la sugerencia: 'Bueno, ya está arreglado'. Pregunté: ¿Me van a dar el cuarto intermedio? Contestó: 'No, no vayas a la sesión'... ¿Qué?, le dije. 'No vayas, desempata Pampuro'. Le respondí: Ustedes están mal, nos va a prender fuego a todos. Yo, ni loco, eso es lo último que haría. -¿Cuándo se da cuenta que la situación era de empate y usted debía decidir? -A eso de las 5 ó 6 de la tarde, apareció el último senador ausente (el santiagueño radical K, Emilio) Rached en el recinto, que un día antes me había dicho que no sabía muy bien lo que iba a hacer, porque tenía presiones del gobernador (Gerardo) Zamora. Me había dicho que si se decidía a concurrir era para votar en contra. Entonces se acercó un senador amigo me dijo: 'Vas a tener que desempatar'. Le contesté: No, yo no puedo desempatar, vamos a tener que hacer un cuarto intermedio. -¿Cuándo le dijo al oficialismo que iba a votar en contra? - A las 9, 10 de la noche, lo llamé a Pablo Verani y le dije andá y hablá con el radicalismo y Pichetto y deciles que voy a proponer un cuarto intermedio... Al rato volvió con el mensaje que el oficialismo no quería. Me fui al despacho, ahí me alcanzó Pampuro y le expliqué lo que iba a hacer...El tiempo se pasó rapidísimo y ya eran las 4 de la mañana. Cuando salí para el recinto, a las 4 y cuarto, los empleados habían formado dos filas, una de cada lado y empezaron a aplaudirme. Voy llegando al salón Illia para entrar al recinto y Pampuro me da el celular al que había llamado el jefe de Gabinete. En unos minutos más, la Cámara de Senadores empataría dos veces en 36 senadores por bando. La suerte estaba echada. El cruce del Rubicón, del que no hay retorno posible, esa noche se inició con las palabras “mi voto no es positivo”. Agencia DyN
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