Por Roxana Badaloni - Especial para Los Andes
El vicepresidente eligió el mar para sus vacaciones. Manejó desde Mendoza hacia el Litoral y pasó Año Nuevo en Corrientes. El destino final fue una playa del sur de Brasil. Antes, estuvo en el club Regatas de Mendoza, en el parque San Martín, donde realiza su rutina diaria de ejercicios cada vez que vuelve a su provincia.
Allí atendió a la prensa. Algo bronceado y relajado, y pese al apuro que le metieron a la campaña sus rivales internos Ernesto Sanz y Ricardo Alfonsín, Cobos insiste en que se tomará un par de meses para definir si es candidato a presidente.
- Muchos arrancaron la campaña y usted se va de vacaciones. ¿Le parece atinado?
- Son necesarias para la familia, aunque sólo me tomé 8 días. Me voy con mi mujer y mis dos hijas (el mayor partió solo). Y aprovecho y manejo, que me gusta.
- Alfonsín y Sanz ya se han lanzado como candidatos en el verano. ¿Y usted para cuándo?
- Ellos creerán que eso es conveniente. Yo manejo mis tiempos: me parece que hay que esperar.
- ¿Esperar qué?
- Un discurso unificado y una plataforma que le permita a nuestro partido abrir la puerta a potenciales aliados.
- ¿Entre esos aliados pueden estar De Narváez, Duhalde y Macri?
- En principio creo que no, porque son sectores distintos, pero eso no quita que en algunas provincias parte del PJ nos pueda acompañar. En 2009 en Mendoza, a Sanz lo acompañó Enrique Thomas (diputado cercano a Felipe Solá).
- A la UCR le sobran precandidatos presidenciales. ¿Qué le preocupa del resto del armado?
- Me preocupan las candidaturas en la provincia y la ciudad de Buenos Aires, donde la UCR tiene pocos candidatos.
- ¿A quiénes prefiere usted?
En Provincia, hay que ver si Margarita Stolbizer está dispuesta, que puede ser la figura con más consenso. En Capital, hay dirigentes del radicalismo como Silvana Giúdici, pero también de afuera, como Graciela Ocaña.
- Diga la verdad. Si su voto a favor del campo hubiese sido ahora, ¿la tendría bastante más fácil, no?
- Bueno, siempre dije que este país es muy dinámico y no hay que apresurarse. Me tocó vivir esa situación y lo hice pensando en la paz social. No me arrepiento.
- ¿Se puede esperar otra sorpresita que lo apuntale en 2011?
- No. Me gusta construir ladrillo por ladrillo. Soy ingeniero. No creo en los golpes de suerte.
- ¿Qué pasó qué últimamente anda elogiando a Cristina?
- Sólo he opinado de cosas en las que llevo tiempo pidiendo un cambio, como es la normalización del Indec y celebro que se empiece a reconocer la inseguridad. Me parece que el Gobierno es distinto a partir de la muerte de Kirchner. Más abierto y encarando temas que antes no se reconocían.
- ¿Y los puntos flojos?
- Hay que recuperar el Presupuesto, si no esto es un barril sin fondo, donde se saca y se saca plata. Un país serio y responsable necesita de este instrumento para trazar la política en el año. También me preocupa la corrupción porque hay menores posibilidad de combatir la pobreza, hacer inversiones, obra pública…
- ¿Cómo se erradica?
- Con organismos de control fuertes y una Justicia independiente. Los jueces tienen que asumir su responsabilidad sin miedo de ser sometidos a un proceso de enjuiciamiento.
Todavía no veo a ningún político, gremialista o empresario condenado por corrupción. Sólo recuerdo a María Julia.
- ¿Cómo sobrelleva que lo tilden de traidor?
- Esto fue desde que fue mi voto en el campo. Busqué todas las formas de destrabar un conflicto para hacerle bien al Gobierno.
- Si no es candidato en 2011, ¿qué piensa hacer?
- Me vuelvo a dedicar a la ingeniería. Nunca subsistí de la política. Lo poco que tengo ha sido todo producto de mi profesión.
La función pública sólo me ha permitido mantenerme. C
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